El monograma IHS aparece en los primeros siglos
de nuestra era, a partir del nombre griego de Jesús: Ιησούς (en
mayúsculas ΙΗΣΟΥΣ), del que sería abreviatura. Esta abreviatura, iota-eta-sigma,
es IHΣ, siendo sustituida la sigma final por la S, pero permaneciendo
la eta griega, por su similitud con la H latina, y quedando como
lo conocemos ahora.
Desde el siglo VI se encuentra la errónea grafía
«Ihesus».
Este símbolo IHS o JHS es muy famoso y se usa en
multitud de lugares.
Su significado es muy sencillo: es la abreviatura
del nombre de Jesús.
Hoy es precisamente el Dulce Nombre de Jesús,
pues a los 8 días de nacer San José y la Virgen, como judíos piadosos y
observantes de la Ley que eran lo llevaron al templo para circuncidarlo y le
pusieron el nombre que el arcángel San Gabriel había dicho a María: A los ocho días circuncidaron al niño y le
pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel había dicho a María
antes de que estuviera encinta.
J: Jesús
H: Hombre
S: Salvador
Significa Joshua (En español se traduce como Jesús y significa Salvador) por eso "Jesús hombre salvador"
En el hebreo no se escribían las vocales, así
como el de Dios es YHVH y significa Yahvé (En español se traduce como "Yo
soy"
Este monograma se encuentra en numerosos cuadros
y relieves, a menudo en solitario, pues su sola presencia ya es una
representación de Jesús para los cristianos. Además a menudo se encuentra
asociado con otros símbolos también representativos de Jesucristo o muy
cercanos a él simbólicamente.
La cruz es la
representación desde el paleo cristianismo es muy rica y variada, acompañándose
a menudo de otros elementos, como la cruz. La cruz ha acompañado al monograma
tanto en mayúsculas (ilustración de la derecha) como en minúsculas, a menudo
usando la h minúscula para simbolizar a la vez la cruz atravesándola con un
trazo, especialmente utilizando para ello las minúsculas góticas, como en la
ilustración de la izquierda.
Jesús unida a la
vinculación con la cruz, se ha dado la representación del monograma IHS junto a
Jesús, a menudo crucificado, si bien se ha dado también junto con el niño.
Los clavos otro símbolo
del martirio de Jesús que se une a la cruz en la representación del monograma
son los clavos, que pretenden recordar aquellos que clavaron a la cruz a
Jesucristo durante su crucifixión. Por lo general estos clavos se representan
en número de tres, figurando la representación clásica de la crucifixión de
Cristo en la que un clavo atraviesa cada mano y un tercero ambos pies, puestos
uno sobre otro.
Los crismones se dio
durante el románico su inclusión en los crismones, afirmando la presencia del
hijo en la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) que se unía a este símbolo
cristiano, si bien ambos en realidad remiten al mismo símbolo: el de Jesús.
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